Introducción
En el 2004 Palmira vivió el saqueo más descarado que haya podido sufrir ente cultural alguno. La llegada del señor Horacio Ramírez Vargas a la Dirección de la Casa de la Cultura “Ricardo Nieto” de Palmira, y cuyo nombramiento estuvo a cargo del alcalde Adolfo Castro González, significó el comienzo de una política de robo continuado que puso sus ojos, toda su rapiña, sobre los dineros públicos destinados a la cultura del municipio.
Recorderis
Horacio Ramírez apareció en el escenario palmirano en el 2003 gracias a la administración del ex-alcalde Miguel Motoa Kuri que lo vinculó como asesor cultural. Y como premio a su obediencia, y buen desarrollo de su perfil avivato, en el 2004 llegó a la Dirección de la Casa de la Cultura cobijado por la administración del alcalde Adolfo Castro González.
Por tanto, es de entenderse que Horacio Ramírez es uno de tantos personajes que, más allá de ser un nombre o una persona, se convierten en fachada para el clientelismo y la politiquería corrupta que aún mantiene todo su poder en el municipio.
El saqueo
¿Cuánto se robaron del presupuesto de la Casa de la Cultura durante el 2004? El 5 de abril del año 2005 el abogado Luis Herney Rivera Perea, de la Veeduría Ciudadana “Despierta Palmira 2000”, radicó ante la Procuraduría Provincial de Santiago de Cali una denuncia cuyo análisis detallado compuesto de ocho páginas, y 19 anexos probatorios, deja en evidenciada la pérdida (el robo) de $60.458.539 del presupuesto ejecutado por la administración de la Casa de la Cultura “Ricardo Nieto” durante el 2004.
Responsables
Uno de los directos responsables de este acto de corrupción, por obvias razones, es el señor Horacio Ramírez Vargas, quien actualmente se pasea por las calles de Cali sin ningún remordimiento o preocupación jurídica. Pero hay más involucrados. Entre ellos se encuentran el alcalde Adolfo Castro González, y el Secretario General de la alcaldía José Humberto Pacheco Velasco, funcionario que desde octubre de 2004 se desempeña, además, como Director Encargado de la Casa de la Cultura. Estos dos servidores públicos del municipio de Palmira, mediante Audiencia Pública del 30 de noviembre de 2004, fueron notificados sobre algunas de las irregularidades presupuestales presentadas por la Casa de la Cultura durante el año en mención, pero como funcionarios del estado no se dignaron a tomar las acciones pertinentes para que pudiera esclarecerse lo sucedido en un tiempo prudencial. Su silencio se hizo cómplice, permisivo; omisiones que se expresan como una característica más de la corrupción.
Nada de nada
Hoy luego de casi de dos años de lo ocurrido, y pasados 18 meses (año y medio) de puesta la denuncia por el abogado Luis Herney Rivera, sólo resta decir que estamos frente a un caso más de impunidad. A la fecha no se conoce fallo alguno de la Procuraduría Provincial de Santiago de Cali. Lamentablemente esta es una de las particularidades del Estado colombiano: impunidad para los que tienen el poder dinero; castigo y vigilancia para quienes están sumidos en la pobreza.