sábado, octubre 14, 2006

Coordinación Campesina del Valle del Cauca y la EPSA

Los campesinos tienen voz en Palmira sin infamia
Palmira es uno de tantos municipios afectado por los altos cobros que la EPSA efectúa a los habitantes de todos los estratos del municipio. Pero este es sólo un aspecto del problema, como lo demuestra la “Coordinación Campesina del Valle del Cauca”, organización social que actualmente adelanta una campaña contra la transnacional UNIÓN FENOSA, dueños de la EPSA, y cuya expansión desmedida amenaza los bolsillos y el patrimonio nacional de los colombianos. A continuación reproducimos su comunicado íntegro.

LA COORDINACIÓN CAMPESINA DEL VALLE DEL CAUCA
campesinosvalle@yahoo.es


En vista de la iniciativa de la empresa EPSA S.A. de construir hidroeléctricas en territorios campesinos del departamento, como son: La del río Bugalagrande en la vereda Maulen, la del río Tulúa en la desembocadura del río San Marcos corregimiento de Monte Loro, la del río Guabas en el municipio de Ginebra y la del río Amaime en Palmira; consideramos importante alertar a las organizaciones sociales, populares y comunitarias sobre las implicaciones políticas, ambientales y económicas que dicha situación trae para todos, en tanto significan la entrega de nuestros ríos para la explotación privada y la pérdida del acceso a los mismos como fuentes de abastecimiento para el consumo doméstico y agrícola del pequeño productor campesino.

Desde que la función pública de suministrar y generar la energía eléctrica fue entregada al sector privado como una nueva fuente de riqueza, nuestros territorios campesinos con sus ríos se convirtieron en el nuevo objetivo de las empresas transnacionales para su explotación y saqueo, pasando por encima de las comunidades locales tal como sucedió ya con la liberación de sedimentos en la Represa de Calima por parte de la EPSA, que trajo muerte y pobreza a los pobladores afrodescendientes ubicados en esa cuenca.

Teniendo en cuenta los antecedentes de esta empresa y la complicidad proporcionada por la autoridad ambiental regional (C.V.C con sus oficinas en Tulúa y Palmira), que no ofrecen garantías para el respeto de los derechos ambientales, sociales, económicos, políticos y culturales de las comunidades rurales, consideramos importante, entonces, hacer un llamado a los campesinos, indígenas y afrodescendientes del departamento, especialmente a quienes habitan en las zonas donde se construirán las hidroeléctricas, a que no acepten, por ningún motivo, las migajas con que la EPSA viene presentando dichos proyectos, argumentando que son una oportunidad de “desarrollo” y “progreso” para la comunidad, cuando en realidad sólo significan despojo, destierro, y privatización de nuestro patrimonio natural.

Y para mostrar que la “oveja” no es más que un “lobo disfrazado”, debemos conocer:

¿Quién es la EPSA S.A.?
La llamada Empresa de Energía del Pacífico S.A. (EPSA) es una fachada de la multinacional UNIÓN FENOSA, que a su vez hace parte de una estrategia europea para adueñarse de los mercados que nacen a partir del control de recursos importantes como el agua y la biodiversidad abundantes en Latinoamérica, en los que el capital español tiene una rápida expansión en el país. Unión FENOSA adquirió a finales del 2000 a la empresa estadounidense Reliant, las electrificadotas Electro Costa y Electricaribe de Barranquilla y Cartagena, y luego la empresa de electricidad del Valle del Cauca EPSA; pero además tiene inversión en México, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Bolivia, Uruguay, República Dominicana, España, Inglaterra (acueductos), distribución y producción de gas y energía, incluidas centrales nucleares. Otras empresas del grupo Unión FENOSA están en el área del petróleo, construcción, minería y finca raíz.

¿Quiénes son los dueños de Unión FENOSA?
Unión FENOSA pertenece entre otros muchos accionistas de origen europeo, al Banco Bilbao Vizcaya, hoy BBVA y al BSCH Banco Santander presentes en Colombia.

¿Cuántas son sus ganancias?
La multinacional UNION FENOSA, que incluye a la EPSA, reportó para el año 2002 ganancias totales de sus negocios en el mundo por un valor de $76.403 millones de euros, lo cual corresponde a una suma de 229.209 millones de pesos colombianos.


Pero como sino fuera poco, la EPSA (UNION FENOSA) ha conseguido vincular las hidroeléctricas que va ha construir en nuestros territorios al floreciente “mercado del carbono”, con lo cual podrá vender bonos o certificados de “no emisión” del gas contaminante (CO2), que le representarán más ganancias por ofrecérselos a países que necesitan cumplir con sus metas de acuerdo a lo pactado internacionalmente en el Protocolo de Kyoto. Es decir, las hidroeléctricas dejan plata por la venta de la energía eléctrica generada y por ser obras promovidas como no contaminantes del planeta. Sin embargo, las consecuencias ambientales y sociales que traen recaen sobre los hombros de los campesinos y sus territorios.


DENUNCIAMOS QUE LA EPSA (UNIÓN FENOSA) VIENE COMETIENDO:


Violación de Derechos Humanos
Tanto la multinacional Unión FENOSA, como su hija EPSA S.A., vienen cometiendo violaciones permanentes de los derechos humanos en Colombia, Zona Caribe y Valle del Cauca, representados en pérdida de derechos de los usuarios, trasgresión de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, al no respetar la autonomía territorial de las comunidades del Valle del Cauca y su derecho histórico sobre los ríos y otras fuentes de agua ubicadas en sus parcelas, y desacato e irrespeto a los derechos de los trabajadores sindicalizados mediante su despido y señalamiento.

Engaño a la comunidad
Porque la construcción de hidroeléctricas a filo de agua, es decir que no van a inundar grandes extensiones de tierra, en los territorios campesinos de la cordillera central, son presentados como obras “amigables” con el ambiente, pero en realidad producen daños a largo plazo sobre la fauna y la flora de la zona puesto que destruyen sus habitats naturales, aumentan el riesgo de erosión y deslizamientos, y los túneles que realizan para conducir el agua afectan los nacimientos.

Porque estas obras no generan solución a la problemática social y económica de la comunidad campesina, sino que por el contrario agudizan su situación de empobrecimiento al robárseles un bien común (el agua) para generar más ganancias al capital privado.

La energía que será generada en estas centrales hidroeléctricas no tiene el objetivo de suplir una deficiencia de la misma en el departamento, sino fortalecer el negocio de su exportación hacia países vecinos.
PROPONEMOS
-.Que se respete la Autonomía Territorial de los campesinos ubicados en las cordilleras, mediante el reconocimiento de sus territorios como Zonas de Reserva Campesina.

-.Descartar la construcción de Hidroeléctricas al Filo de Agua, porque constituyen una estrategia de apropiación y dominación privada de los territorios campesinos y del Patrimonio Natural que pertenece a todos los vallecaucanos.

-.Que se elaboren Planes de Manejo Adecuado y No Destructivo de “bienes” naturales como el agua y la biodiversidad, por parte de las organizaciones campesinas, indígenas y afrodescendientes con una metodología que respete su cultura y el uso tradicional de estos elementos.

Por estas razones hacemos un llamado a las comunidades del departamento para que rechacen la iniciativa de privatizar los ríos, promovida por la EPSA y CVC en complicidad de otros entes estatales y privados como INCODER, alcaldías municipales, ASOCAÑA, Federación de Cafeteros, Centro Aguas S.A., ACUAVIVA S.A., entre otras. Así mismo, para que defiendan la autonomía de sus territorios mediante la desobediencia frente a la realización de los Planes de Ordenamiento y Manejo de Cuencas Hidrográficas (POMCH), que vienen realizando el CINARA y el CIDSE de la Universidad del Valle.