"Presidente implicado con paramilitares", Mélanie Delolle Betancourt
"Rezo para que Uribe Vélez no encuentre a mi hija"
Perú, 9 -12-2007
Uribe: "nuestro gran presidente".
Ingrid Betancourt , 2 de julio de 2008
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La Farola / Mayo de 2008
Mi nombre es Andres. Después de todo lo que ha ocurrido el último mes, mi cabeza ha estado algo inquieta, pensando y analizando como va mi vida hasta ahora. Cuando terminé el colegio estaba un poco indeciso sobre lo que querría estudiar, pero estaba seguro que quería estudiar. Di vueltas y vueltas para escoger la carrera, al final me decidí por estudiar filosofía, siempre me ha gustado preguntarme el por qué de las cosas, y al ser esa una de las bases de la filosofía decidí intentarlo.
El asesinato de Jhonny Silva
Llegue a la U. un nuevo mundo para mí. Nueva gente, nuevos espacios, nuevas responsabilidades, nuevas clases, en auditorios con muchos compañeros. “Educación superior”. Me sentía muy a gusto. Pasaba el tiempo y cada vez me agradaba mas la “U” y la carrera que había escogido. Terminó semestre y me fue bien. Estaba muy feliz, me sentía muy seguro en este lugar. Pero un día esa armonía de este Campus de conocimiento fue interrumpida violentamente. Me toco evidenciar una de las injusticias más grandes que mis ojos han podido ver. En una de las tantas manifestaciones de la “U” vi como el ESMAD (Escuadrón Móvil Anti Disturbios) irrumpió las puertas e ingreso a la Universidad, generando pánico (estado de zozobra) en la gente ahí presente y nos hizo correr despavoridos en la huida, tratamos de refugiarnos, pero la oscuridad de la noche y la “extraña falla eléctrica” nos hizo correr hacia la boca del lobo, sorpresivamente parte de este escuadrón andaba dentro de la U. escondiéndose entre el negro de sus uniformes que se perdía fácilmente en el espacio.
Corría con mucho miedo, estos individuos me perseguían, miré hacia atrás y observé que dos de estos policias se atrincheraron en un extremo del edificio de la torre administrativa. Con un solo escudo, uno detrás del otro observé como el de atrás con un objeto en la mano apunto, el pánico se apodero de mi, corrí mas a prisa, escuche dos disparos, corri mas, me detuve un poco mas adelante. Revise mi cuerpo. “Huff” -no estaba herido-. Volteé rápidamente hacia donde estaban los policías, pero otro compañero llamó mas mi atención. Ví como su humanidad se desplomaba contra una pared del mismo edificio. Volví a correr pero esta vez hacia mi compañero. No sabía quien era, ni como era, pero un afán me hizo correr aun más rápido. Llegué y rápidamente traté de ponerlo en pie, pero la sangre que salía de su rostro me dejó petrificado junto a él. Momentos después este hijo de Univalle murió.
La imagen de su rostro se estableció como papel tapiz en mi cabeza. Terminé el semestre. No me fue bien, mi rendimiento académico bajó en los semestres siguientes. Dos bajos rendimientos acabaron con mi idea de graduarme como licenciado en filosofía. Me desesperé, quería estudiar. Buscando de nuevo en los programas académicos de la “U” encontré un programa académico que me llamó mucho la atención “Ingeniería agrícola”, investigue un poco, aplicar las herramientas de la ingeniería en el campo. Me agrada el campo, la naturaleza. Decidí inscribirme y quedé, el primer semestre me costó trabajo. Hace rato que no veía números y formulas pero lo termine.
Le cogí el tiro este ultimo semestre, iba mejor que nunca en la universidad, había dado con lo mío. La ingeniería agrícola. Pero otra injusticia llegó a mi vida, esta vez me afectó a mi directamente.
La entrada de la Policía a la Universidad
El tres de abril me levanté temprano, había clase de español y tenía que entregar un trabajo, el cual no había hecho: ¡me cogió la tarde!, la clase era de diez a una y salí de mi casa a las diez y cuarenta y cinco, el viaje en el bus fue normal, transcurrieron entre veinte y veinticinco minutos hasta que llegue a la universidad. Entré por la parte de atrás de la Universidad, tenía clase en el edificio 333 y considero que esta entrada es mas cercana al edificio. Caminando hacia el edificio, casi llegando, recibo una llamada, es mi amigo Alex, me cuenta que hay tropel y que escuchó disparos que provienen de la portería vehicular en la pasoancho. Acuerdo encontrarme con él en cafetería central, sigo mi camino hacia la clase. Al llegar al salón, hago salir a mi compañero Luis Eduardo, le pido el favor que entregué por mí el trabajo, que momentos atrás estuve haciendo, me pregunta si voy a entrar a clase, le cuento que ¡hay tropel y como es de costumbre deben dar orden de evacuación y que no debe demorar!, que no quiero interrumpir para en diez o quince minutos salir de nuevo.
De pronto otro compañero sale del salón, Camilo. Lo saludo, creo que se dirige al baño, miro la hora, son las once y treinta, voy al encuentro con Alex al sitio acordado, hablo con él un buen rato y decidimos ir a asomarnos a la vehicular. Cuando llegamos a la multitud logramos ver unas busetas en la portería y de pronto, una vez mas, el ESMAD ingresó a la “U”. recuerdos llegaron a mi cabeza, ¡pánico!, ¡miedo!, ¡estado de zozobra!, recordé lo que paso la ultima vez que entraron, parece que la multitud a mi alrededor recordó lo mismo.
¡Corrimos!. De pronto Alex ya no estaba a mi lado, corro hacia administración, en la estampida me encuentro con dos amigos Julian y Denuar, corremos juntos. Recibo una llamada. Es Catalina, una amiga, me pregunta que donde estoy, le cuento lo que ocurre, la llamada se corta. Seguimos huyendo y llegamos a ingeniería por el edificio 333 corro hacía atrás de los edificios de ingeniería, me encuentro con otro amigo, Dany, ya Julian y Denuar no están a mi lado, un escuadrón mas del ESMAD llega, pero viene del ingenio, acorralados -Pienso yo-. De pronto de uno de los edificios abren una puerta, es un vigilante, nos dice que nos escondamos, acudimos de inmediato, entro por un patio trasero y corro hacia adentro del edificio. Tambien llega Julian. Subo al segundo piso, abro una puerta, salgo a un pasillo, llego al final y están cerradas las puertas, Dany va conmigo, nos vamos a devolver y por la puerta que habíamos entrado aparece una figura, viste de negro, un arma se asoma, sirve para arrojar gases, “alto ahí o disparo”, una voz ronca dice. Alzo las manos, llegan a mí, una patada y me cogen del cuello, las manos y el pantalón.
La Detención
Nos sacan del edificio a Dany, a mi y a otro compañero que no conozco, salimos custodiados por estos sujetos de negro, pasamos por el 331, llegando a administración escucho una voz ¡alto ahí!, volteo a mirar, hay un compañero que se queda inmóvil, el otro de los policias lo agarra y estruja, lo lleva junto a nosotros. En la portería peatonal nos hacen una requisa, los maletines son revisados, del mió sacan un buzo color negro, en ese momento recibo una llamada, es Catalina de nuevo, me pregunta azarada, no alcanzo a hablar, un señor de estos me quita el telefono, me percato que a Dany también le quitan un bus gris. Salimos de la universidad y nos suben a la tanqueta con un bolillazo de bienvenida, nos recibe otro policía adentro, como a dos minutos nos pasan a un camión grande, nos llevan a la estación del Lido, luego a la del Limonar, donde hay mas gente de la “U”. luego a los 4 que veníamos desde la U, nos llevan derechito a la sijin.
Derechos: Capturado. Después de un rato me llaman a mi solo. “Andrés Palomino Tovar” dice el comando, salgo, me llevan con el intendente Pinzón. “Grupos armados ilegales”, dice afuera de la oficina. Hay unos miembros del ESMAD dentro. El señor Pinzón me pasa un formato en blanco y me dice que lo firme, me niego, ¡está en blanco!, luego me dice el señor que me había requisado “esto es lo que le incaute a él”, de una bolsa blanca saca una retorcera y unas cuantas canicas, y como un mago otro señor policia hace aparecer tres esferas de aluminio, las reconozco son las “papas” que utilizan los encapuchados en la “U”. dice que son mías. El intendente llena el formato y me dice que lo firme, me niego rotundamente, no son míos estos elementos, por eso me niego a firmar, le argumento.
La Audiencia
Llega la noche. “Audiencia” -Escuchamos nombrar-, es mañana nos dicen. Pasa la noche y al nuevo día nos llevan al palacio de Justicia. ¡Audiencia como en las películas! Un juez, un fiscal, un abogado, dos en este caso, un agente imparcial, públicos.
“Medida de aseguramiento”, dice el fiscal y la procuradora y el juez aceptan, el abogado apela. Suena el martillo, “Cárcel Villa Hermosa” dice Pinzón, mi humanidad parece abandonarme, no lo puedo creer, como los grandes criminales de la Tv.
Villa Hermosa
Injusto. Ahora han cambiado mi vida, mi trabajo que me agrada, trabajar en la noche de mesero, a veces barman, mis clases en la “U”, compartir en familia palabras, comidas, tocar la música que me gusta, ir a acampar, caminar por la naturaleza, compartir con mis amigos. Lo han cambiado por rejas que obstruyen la vista y no me dejan ver la luna. Por frios pasillos, hacinados de gente pero donde es inevitable sentir la soledad, por actividades monótonas, por bullicio las 24 horas del día.
La cárcel, lugar construido para acabar poco a poco con la humanidad de la gente. Día a día la rutina me consume, escucho historias tristes y fuertes, historias de robos, muerte, secuestros, de inocentes que llegaron acá en condiciones similares a las mías, peleas absurdas por sillas o patas.
A las 10:30 llega “el loco”, el almuerzo, sopa, arroz, ensalada, maduro o papa, pero al comer se siente la falta de amor con que fue preparada la comida, o simplemente son los alimentos de promoción que consiguen los encargados de alimentar a 5.500 presos encerrados en una prisión con capacidad para 2.500. Mas tarde, a las 2:30, llega el otro loco, en la comida de nuevo habrá sopa, arroz, ensalada, papa o maduro, a las 3:30 llega la hora de la contada, nos encierran en los cuatro pasillos y la rotonda a 415 “personas” entre comillas porque aquí somos un TD, el mío es IG5557, en lo que me he convertido es en un número de seis cifras.
La soledad
Ahora que mis compañeros han partido, cosa que me tiene muy confundido, porque por mas que trato, no le veo sentido, no se por qué el señor Gómez Méndez sigue diciendo que yo soy culpable, no se si será porque el está siendo investigado por la muerte del compañero Jhonny Silva Aranguren el 22 de septiembre del 2005, de la cual yo fui testigo, no se si ve en mi a la universidad y quiere destruirme o acaso será que quiere demostrar que sí trabaja y hace algo. O acaso hay un clon mío que hizo todo.
Ahora las noches son mas largas, la soledad abraza a mi corazón, la incertidumbre se apodera de mi cabeza, los sueños son mi escape de esta cruda realidad. Al despertar la pesadilla comienza. Espero pronto retornar a mi vida, salir a caminar, decidir que quiero comer, poder ver el cielo sin que los barrotes me obvien detalles, volver a ver la luna y respirar el aire que nos de la libertad.
El periódico Estudiantil la Farola se une al clamor de libertad y justicia, que tiene toda la comunidad univalluna, y exigiéndole al gobierno mafioso que libere al compañero de Univalle detenido.
DENUNCIA PÚBLICA
“USTEDES SE ESTAN BUSCANDO
EL TRABAJO REALIZADO POR EL COLECTIVO DE DERECHOS HUMANOS “JAIME PARDO LEAL” HA SIDO DE CARÁCTER ABIERTO A
RECHAZAMOS LAS AMENAZAS QUE SE HAN VENIDO PRESENTANDO SISTEMÁTICAMENTE CONTRA EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y LOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA Y EXHORTAMOS A
EXIGIMOS:
INSTITUCIONES A DONDE SE DEBEN DIRIGIR
ALVARO URIBE VELEZ
Presidente de
Carrera 8 No. 7 -26 Palacio de Nariño Bogotá
Fax. 5662071
FRANCISCO SANTOS
Vicepresidente de
Carrera 8 No.7-57 Bogotá D.C.
JUAN MANUEL SANTOS
Ministro de
Avenida El dorado con carrera 52 CAN Bogotá D.C.
mdn@cable.net.co
CARLOS HOLGUIN SARDI
Ministro del Interior y de Justicia
Avenida El dorado con carrera 52 CAN Bogotá D.C.
Fax. 2221874
MARIO IGUARAN
Fiscal General de
Diagonal 22B No. 52-01 Bogotá D.C.
Fax. 570 20 00
WOLMAR ANTONIO PEREZ ORTIZ
Defensor del Pueblo
Calle 55 No. 10 – 32 Bogotá D.C.
Fax. 640 04 91
secretaria_privada@hotmail.com
Procurador General de
Cra. 5 No.15 –
anticorrupción@presidencia.gov.co
CARLOS FRANCO
Programa Presidencial De Derechos Humanos Y De Derecho Internacional Humanitario.
Calle 7 N° 5 – 54 Bogotá D.C.
Fax. 337 46 67
Al río, como vía, siguieron ferrocarriles y carreteras. Hoy el Magdalena Medio, entre Honda y Magangué, está cruzado —y crucificado— por caminos de lado a lado. La explotación petrolera implicó organización sindical y al lado, las reivindicaciones campesinas y las demandas urbanas se hicieron sentir. Las vías facilitaron la colonización de campesinos expulsados por la violencia política en otras regiones. Las compañías extranjeras fueron descubriendo minas de oro y de carbón; los hacendados, tierras planas y fértiles. Los obreros y los colonos querían vivir; las compañías mineras, las petroleras y los ganaderos, enriquecerse. El Estado, siempre de parte de los segundos, dejó a la buena de Dios a los primeros. Desde el 9 de abril, hace 60 años, en la región no cesa de correr la sangre. Los gobiernos desde entonces protegen y arman a los chulavitas, los quemados, los chamizos, los pájaros, los sicarios, los paramilitares. Numerosos altos oficiales han terminado incriminados en procesos judiciales por paramilitarismo e importando terroristas internacionales como Jair Klein para entrenar asesinos y defender a los Escobar Gaviria —tan vigentes hoy—, a los Rodríguez, a los Henao y a todo ese cartel de la sangre. Lo que no pueden a las buenas, lo hacen a las malas, pero el Magdalena Medio sigue siendo de ellos, es decir, de los poderosos intereses económicos. El sur de Bolívar está hoy en la mira de los fusiles. Se alistan otra vez las motosierras. Las compañías mineras tienen ya en sus cuentas el oro de Santa Rosa y Tiquicio; las petroleras se preparan para una segunda vuelta en pozos abandonados a propósito; los ganaderos se transforman, con todas sus mañas, armas y respaldo del Gobierno, en palmicultores. Después de la matanza sistemática y calculada entre 1998 y 2004, la gente, apoyada por ideales de paz y de justicia, levantaba la cabeza. El Gobierno mira para otro lado.
El 20 de febrero de 2008, en entrevista realizaba por el diario El Tiempo, el ex presidente Andrés Pastrana Arango habló sobre el fracaso de los diálogos con el grupo insurgente, “el 'Plan Colombia' es gracias al Caguán”[2], fue una de sus afirmaciones. La afirmación del ex presidente, que ha pasado un poco desapercibida, se convierte en un episodio clave de la historia colombiana, ya que reconfirma cuáles eran las verdaderas razones que movieron la aprobación del Plan Colombia en su primera fase, y cuál fue su incidencia en el proceso de paz.
Con la afirmación del ex presidente Pastrana, “el 'Plan Colombia' es gracias al Caguán”, se está asegurando que la política de asistencia bélica estadounidense en Colombia tuvo como excusa el hecho de que se haya efectuado la instalación del proceso de paz. ¡Óigase bien!, fue el resultado de la permanencia de los diálogos (enero-6-1999 a febrero-20-2002), y no el resultado de la ruptura de éstos (después del 20 de febrero de 2002). Aunque lo anterior pareciera carecer de sentido, tiene mucho de cierto. Recordemos que uno de los componentes que se incluyó en el Plan Colombia I llevaba por título: “Solución Política Negociada al conflicto”. ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente que con la excusa de negociar, el gobierno colombiano se fortalecía para tratar de desaparecer y/o hacer rendir a su “contrario” por la vía militar. Fue una excusa si tenemos en cuenta que los dineros provenientes del Plan Colombia I que finalmente se destinaron para la “Solución Política Negociada al conflicto” fueron poco (por no decir nada) representativos. Al respecto en una investigación realizada por María Clemencia Martínez para medir el desarrollo y los alcances del Plan Colombia durante sus tres primeros años de ejecución, encontramos que el presupuesto que se destinó a “la negociación del conflicto no presentó sino el 1% si no menos, de los dineros asignados por Estados Unidos al Plan Colombia"[3]. Paralelo a ello, para el año 2000 la Contraloría General de la República estimaba que el pie de fuerza de Colombia se había incrementado en un 43%[4]. Los porcentajes desiguales que el Plan Colombia destinaba a cada uno de sus componentes, evidencia que su fin era fortalecer el aparato militar contrainsurgente, y los fines “sociales”[5] que aún argumenta contener, son su cortina de humo, al igual que lo fue en su momento el incluir un componente enfocado a la solución negociada del conflicto colombiano.
Era obvio entonces que las FARC pidiesen al gobierno de Andrés Pastrana la no tramitación del Plan Colombia durante los diálogos. Y frente a la negativa del gobierno colombiano de suspender el Plan Colombia, el mensaje que puede entenderse es el siguiente: nos estamos fortaleciendo militarmente, esta es su última oportunidad de evitar la arremetida militar de nuestro gobierno (y los posteriores). Esto sucedía en medio de la diplomacia, de las reuniones, las fotografías y los apretones de manos. Y si el gobierno colombiano se fortalecía para la guerra en medio de la hipocresía de los diálogos[6], entonces es asumible que las FARC también se desarrollaban militar y estratégicamente para afrontar el Plan Colombia en su primera fase, utilizando los recursos y medios que tuvieran a su alcance.
Dentro del anterior contexto se puede deducir que el proceso de paz (“Solución Política Negociada al conflicto”) fue una excusa más para vender la imagen y la necesidad del Plan Colombia a la comunidad internacional. La búsqueda de la paz parecía ser una de las premisas. Pero como hemos visto, el aumento de la capacidad bélica de Colombia era el fin primordial. El Plan Colombia provocó en las FARC una reacción normal dentro de una lógica militar, si mi oponente se fortalece militarmente, yo debo responder de manera similar dentro de mis posibilidades y recursos, (aunque cada uno –es de aclarar- con diferentes estrategias).
Pesimismo liberador
Hoy, más que nunca, no es posible que el gobierno reanude un proceso de paz con las FARC. El Plan Colombia en su segunda fase no sólo busca desaparecer a la insurgencia colombiana por la vía militar, además de ello, apunta hacia la desestabilización de la región y a la protección de la Inversión Extranjera Directa (IED) por encima de la dignidad y la vida de 4 millones de desplazados (desterrados), que sufren las consecuencias del conflicto al vivir en zonas apetecidas por las empresas transnacionales[7]. Y para este cometido necesita de la confrontación militar con las FARC, o por lo menos, esta es una buena excusa.
Liberarse de la idea de que la salida o la propuesta para encontrar soluciones al conflicto armado vendrá de manos del gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez, constituye el primer paso para hallar salidas al mismo. La sociedad colombiana tendrá que entender que le esperan varias décadas de recrudecimiento de las acciones militares en poblados y ciudades, siempre con un saldo trágico de población civil víctima del fuego. También tendrá que entender que el paramilitarismo no es algo pasajero, pues ello obedece a una estrategia de guerra que proporciona resultados directos, sin tener que dar explicaciones de las masacres, torturas y desapasiones forzadas de opositores políticos y “población no-necesaria”: habitantes de territorios donde la economía transnacional tiene puesto los ojos para afianzar el libre desarrollo de sus megaproyectos.
¿Y cómo hallar la salida? Como ya es sabido, no hay recetas para ello. Solamente la firme convicción de seguir trabajando en pro de la transformación de la sociedad, refinándose en los métodos, aprendiendo de las experiencias sin perder de vista que todo lo que hacemos lo hacemos en medio de la guerra; sabiendo además que el conflicto no se resuelve ni mañana ni en 10 años, y entendiendo que Álvaro Uribe es un nombre pasajero entre muchos más que recordaremos; y cuando la desesperación y la impotencia nos invada, recordar que a veces es bueno saber esperar, porque nuestro trabajo tampoco es de un día, es para toda la vida, ya sea en medio de la victoria o en medio del olor a azufre del Plan Colombia III y IV.
Notas:
Ilustraciones tomadas de Australian EJournal of Theology, Marzo de 2007
* La segunda fase del Plan Colombia comenzó a implementarse en el 2007. Según datos de Raúl Zibechi,“las inversiones se elevan de 10 mil 700 millones de la primera fase a 43 mil 800 millones para la segunda” (cifras en dólares). Raúl Zibechi. La segunda fase del Plan Colombia en acción. Publicado por La Jornada , marzo 28 de 2008.
[1] “El monto total de ayuda recibida por Colombia desde comienzos del 2001 hasta el momento, considerando los programas ligados a ayuda militar y policial dentro y fuera del denominado Plan Colombia aprobado por el Congreso de Estados Unidos en Agosto del 2000, es: 236,9 millones de dólares (2001), 398,9 millones (2002), 624 millones (2003), 614 millones (2004), 597 millones (2005), 632 millones (2006), 615 millones (2007), 603 millones (2008). Si se le suma a estas cifras lo destinado a ayuda económica y social, entre el 2001 y el 2008 la transferencia total hacia Colombia estaría en los 5.225 mil millones de dólares”. Fabian Calle. La crisis Venezuela-Colombia: las capacidades militares que esconden las palabras. Publicado por Nueva Mayoría.com, Marzo 4 de 2008.
[2] El Tiempo. En el Caguán se cometieron cinco errores, reconoció el ex presidente Andrés Pastrana. Febrero 20 de 2008.
[3] María Clemencia Martínez. EL PLAN COLOMBIA DESPUES DE TRES ANOS DE EJECUCION: entre la guerra contra las drogas y la guerra contra el terrorismo. Publicado por MAMA COCA, Octubre de 2004
[4] Ibid.
[5] Los componentes centrales del Plan Colombia en su primera fase eran: 1) Solución Política Negociada al conflicto, 2) Recuperación económica y social, 3) Iniciativa contra el Narcotráfico, 4) Fortalecimiento Institucional y Desarrollo Social. A través del tercer componente Iniciativa contra el Narcotráfico, estuvo toda la argumentación bajo la cual se justificó el fortalecimiento del aparato militar colombiano con la ayuda económica norteamericana. Al respecto la investigadora María Clemencia Martínez afirma que “los recursos provenientes de Estados Unidos que son la mayoría del total proyectado para cubrir el Plan Colombia se han orientado a financiar el tercer componente, definido como la Iniciativa contra el Narcotráfico, con una participación mínima en el componente de Fortalecimiento Institucional y Desarrollo Social.”Ibid.
[6] Empleamos la palabra “hipocresía” no para restarle importancia a los temas y discusiones que se dieron durante el proceso de paz en la mesa de diálogo, la empleamos en el sentido trágico de saber que tanto el gobierno colombiano como las FARC sabían el Plan Colombia trajo consecuencias “irreversibles” para el proceso.
[7] Raúl Zibechi, Op. Cit.
Ultimos informes
1. El ministro de Interior y Justicia de Colombia, Carlos Holguín Sardi, afirmó a la agencia de noticias Europa Press que pagará la recompensa de 2.8 millones de dólares a "Rojas" independientemente de si hay responsabilidad penal por los hechos.