jueves, marzo 13, 2008

Seguridad Democrática: triunfo de la barbarie

De izq. a der. Ministro de Defensa y Presidente de Colombia

Por: Alexander Escobar
alexanderinquieto@gmail.com

La Seguridad Democrática está triunfando. Triunfa, pero no por el desarrollo del aparato militar contrainsurgente. El triunfo de la Seguridad Democrática se encuentra representando en el dispositivo de colonización mental desplegado al interior de la sociedad colombiana. El asesinato del comandante guerrillero Manuel Jesús Muñoz Ortiz alias “Ivan Rios”, a manos de uno de sus jefes de seguridad, evidencia cómo está triunfando. Lo evidencia no porque estemos afirmando que la guerrilla colombiana de las FARC vaya a desaparecer o se encuentre “desmoralizada” al interior de sus filas, aunque ésta haya sido golpeada duramente en las últimas semanas. Lo decimos por las opiniones desatadas en torno a la recompensa de 2.8 millones de dólares que Pedro Pablo Montoya Cortés alias “Rojas” espera recibir por el asesinato a sangre fría de “Ivan Rios”, y la mutilación de una de sus manos para comprobar el crimen ante las fuerzas militares.

Ultimos informes

1. El ministro de Interior y Justicia de Colombia, Carlos Holguín Sardi, afirmó a la agencia de noticias Europa Press que pagará la recompensa de 2.8 millones de dólares a "Rojas" independientemente de si hay responsabilidad penal por los hechos.

2. El jueves 13 de marzo en la Revista Cambio se hizo pública una versión del gobierno que afirma que el guerrillero alias “Rojas” estaba cumpliendo una misión para las fuerzas armadas de Colombia. (¿Por qué el gobierno esperó tantos días para dar esta noticia? Tal vez argumente que lo hizo por razones de seguridad, pero más pareciera una estrategia para diezmar el impacto que causará en la comunidad internacional el pago de recompensas a personas que cometen asesinato, o ejecuciones de guerrilleros encomendadas por la inteligencia militar del gobierno colombiano)


Seguridad Democrática a la colombiana

Colombia es un país donde se adelanta una política denominada de “Seguridad Democrática”-abanderada por el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez- que reduce el concepto de “seguridad” al simple ejercicio del uso de la fuerza. Esto se desarrolla dejando de lado, obviamente, el tema de lo social. Por consiguiente, el factor social dentro de la política gubernamental de seguridad ha quedado excluido y relegado de este proyecto político, y lo más grave, borrado del imaginario de las personas. Para comprobar lo anterior bastaría con salir a la calle y exponer el término “Seguridad Democrática”, al hacerlo de inmediato lo primero que vendrá a la mente de la gran mayoría de personas será armas y uniformes militares, mas no vendrá a su cabeza temas como salud, educación, empleo y vivienda. En otras palabras, la Seguridad Democrática está borrando del imaginario de las personas la Seguridad Social que debería estarse reclamando a cualquier política de seguridad diseñada por un gobierno.

Fracaso del proyecto cultural y triunfo de la barbarie

La cultura está en crisis, desde tiempo atrás diferentes pensadores y humanistas lo vienen afirmando. Pero tal vez muchos de nosotros “nunca” pudimos llegar a imaginar que la crisis se convertiría en una mutilación despiadada del sentido de la vida, en un total desarraigo hacia aquello que hemos denominado “la vida humana”. Así lo demuestra la opinión de un grueso de la sociedad colombiana frente a la polémica de si se debe o no pagar la recompensa de 2.8 millones de dólares a alias “Rojas” por el asesinato del jefe guerrillero “Ivan Rios”. Basta con visitar en Internet las páginas de opinión de diarios y revistas reconocidas para darnos cuenta cómo la sociedad colombiana con tono entusiasta, y con un orgullo propio del odio y la muerte, afirman que la recompensa se debe pagar. ¿Qué le está sucediendo a nuestra sociedad? ¿Desde cuándo el engaño, el acecho, el asesinato, la mutilación a sangre fría comenzó a recibir recompensa material y acompañamiento de una euforia colectiva propia del genocida que celebra sus crímenes? ¿Qué promueve esta barbarie?

La Seguridad Democrática más allá de un proyecto militar

La introducción de un proyecto y su aprobación por un grupo humano, comunidad o sociedad requiere de una estrategia de “convencimiento” que permitan introducirlo y desarrollarlo. El proyecto de Seguridad Democrática desarrollado por el gobierno del presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez no podría escaparse de esta necesidad. La lucha contra la insurgencia colombiana y el concepto de que éste es el problema del cual se derivan todos los problemas de la sociedad, es parte determinante en esa estrategia de “convencimiento” que busca, además, borrar la salida negociada a un conflicto armado de honda raíces sociales. Logrado este cometido, el hambre, el desempleo, el cierre hospitales, el difícil acceso a la educación, la corrupción, los crímenes de estado, la parapolítica y sus paramilitares, son un mal insignificante frente a “esos guerrilleros”. Esto puede constatarse en las últimas marchas adelantadas en Colombia donde el número de personas que participaron en contra de las FARC fueron un número bastante considerable en relación a las que asistieron en la realizada contra el Paramilitarismo y los Crímenes de Estado. ¿Qué puede deducirse de ello? Sin pretender ser reduccionistas, hablaremos de tres posibilidades: 1. La mayoría de los marchantes contra las FARC (No todos) creen que el paramilitarismo y el estado no cometen crímenes. 2. La mayoría de los marchantes avalan el Paramilitarismo y los Crímenes de Estado por considerarlos necesarios. 3. Una mezcla de las dos anteriores tiene confundida a la sociedad colombiana. Cualquiera de las tres posibilidades evidencian que el proyecto de Seguridad Democrática tiene un componente dirigido a la psique, un proyecto enfocado a colonizar los imaginarios colectivos, y cuyo triunfo está no en el despliegue militar, sino en el cambio de mentalidad efectuado a la sociedad colombiana. En ésa mentalidad cultivada está el aval a un proyecto denominado de “Seguridad Democrática” que además de contener un componente bélico, también cuenta con un dispositivo de colonización mental que, a través de los medios masivos de comunicación, militarizó la cotidianidad de las personas reemplazando los afectos, la solidaridad, la crítica y la reflexión, por el odio, la venganza, las armas, el asesinato, la mutilación y el desconcierto, a tal punto que la barbarie se avala con un fin único: acabar con “esos guerrilleros” sin diálogo ni negociación política.

A todas aquellas personas que aún aplauden que alias “Rojas” reciba los 2.8 millones de dólares del gobierno colombiano, me gustaría saber qué pensarían si alguno de sus hijos un día llegara con una mano mutilada, un arma recién disparada, con el sabor de la muerte en sus ojos, y creyéndose un héroe que va a ser recompensado… ¿Es ese el tipo de sociedad que queremos para nuestros hijos? Dichoso el día en que algún gobierno ofrezca recompensas para acabar con el desempleo, el hambre y la pobreza.